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martes, 2 de noviembre de 2021

La llegada de los nuevos jugadores extranjeros al país, sumada al auge de los despachos boutique, están agitando el panorama

No es casual que se diga que Colombia es un país de abogados, pues después de Costa Rica, tenemos la mayor cantidad de tarjetas profesionales expedidas. Solo en 2020, se graduaron casi 20.000 profesionales de derecho.

Cabría preguntarse si el mercado tiene capacidad de absorber tantos abogados, y las cifras muestran que sí: mientras en 2020 la economía colombiana se contrajo 6,8%, el sector de servicios legales creció 1,8%, tuvo ingresos operativos por $2,55 billones y el número de firmas llegó 663, de acuerdo con cifras de la Cámara de Servicios Legales de la Andi.

Los datos, sin duda, reflejan un mercado atractivo, por lo que no es casual que, de acuerdo con Tim Gervin, editor para Latinoamérica de The Legal 500, el colombiano sea el latinoamericano más penetrado por firmas internacionales, con presencia de despachos como DLA Piper, Holland & Knight, originalmente Norton Rose, y españoles como Ecija, Garrigues y, más recientemente, Cuatrecasas.

La llegada de esta última al país, en diciembre de 2020, fue un dinamizador, pues montó un equipo de 55 abogados que venían de otras oficinas, como su socio director, Manuel Quinche, que ejercía en Brigard Urrutia.

“La propuesta de valor que encontramos es la de una firma muy sintonizada a los desafíos del presente, pero más importante aún, a los del futuro, por la manera en que Cuatrecasas ve la profesión legal transitando hacia un universo donde serán fundamentales el valor agregado que los abogados dan a los clientes, la eficiencia, la seguridad de la información, y el uso de tecnología para mejorar la calidad de vida y los costos legales”, explicó Quinche sobre algunas de las propuestas que, en su concepto, los llevaron a ser una opción atractiva.

Sin embargo, explicaron varios abogados, su llegada está acompañada de fuertes inversiones, lo que ha generado presión en los costos para contratar talento y las tarifas que se cobran por los servicios legales.
Pero la llegada de un nuevo jugador es solo una parte de lo que está reconfigurando el mercado de servicios legales en el país pues, como sucedió en 2015, hay un auge de firmas boutique, ahora incursionando en casi todas las prácticas.

Uno de los factores que explican ese boom, de acuerdo con varios abogados, es que en Colombia hay un marcado liderazgo tradicional de firmas grandes full service, que no tienen espacio para crecer ilimitadamente e incorporar como socios al talento que tienen a nivel de asociados senior y counsels. Ese panorama, entonces, impulsa a varios abogados de trayectoria a montar sus propios despachos especializados en el de sus áreas de experiencia.

LOS CONTRASTES

  • Tim GervinEditor Latinoamérica The Legal 500

    “El nombre de una firma internacional no es garantía de éxito, prueba de ello es Norton Rose, que se desconfiguró en poco tiempo, a pesar de la expectativa que generó”.

  • Manuel QuincheSocio director de Cuatrecasas

    “La propuesta de valor que encontramos es la de una firma muy sintonizada a los desafíos del presente, pero más importante aún, a los del futuro”.

“La pregunta que surge es si todas las oficinas que están naciendo se consolidarán o serán absorbidas más adelante por otras más grandes. Lo que hemos visto normalmente es que las boutiques tienen cierto estilo de vida más o menos cíclico, según el momento de la economía. Algunas crecen y son capaces de consolidarse, y luego llega la decisión de si mantenerse en ese tamaño, con las vulnerabilidades que implica, o crecer. Por el otro lado, están los que no logran mantener su visibilidad y el flujo de trabajo que necesitan, y son absorbidos por otras firmas”, explicó Gervin.

En la misma línea, Guillermo Cáez, socio de Cáez Muñoz Mejía, destacó que el panorama actual es similar al de 2015, cuando nacieron muchas firmas boutique que posteriormente fueron absorbidas. “Los que sobrevivimos nos consolidamos en el mercado, y cada vez más los pequeños y medianos somos una competencia más grande porque tenemos una oferta de valor diferencial, y esa situación ha generado cambios en temas como las tarifas y la retención de talento”, dijo.

Esa atomización del mercado, por lo demás, se ve también a nivel regional, pues las firmas de ciudades distintas a Bogotá, que convencionalmente atendían clientes locales, vienen creciendo en relevancia nacional. “No creo que pueda hablarse de una ola de firmas de provincia, pero ahora son más relevantes que hace unos años, como es, por ejemplo, el caso de Uribe Henao Abogados, de Medellín”, anotó Gervin.

Lo anterior, además, viene acompañado de un cambio que se ha venido dando paulatinamente, de unos 15 años para acá, y es que las empresas grandes, que tradicionalmente buscaban casi exclusivamente a los líderes consolidados, están cada vez más dispuestas a contratar los servicios legales que ofrecen firmas boutique para varios temas, lo que les ha abierto posibilidades de penetración.

Ahora, en términos regionales, las dinámicas que se vienen presentando en el mercado de servicios legales colombiano son solo comparables con las de Chile.

“Además de Colombia, el único país de la región en el que hemos visto este fenómeno es Chile, que ya tuvo la experiencia de la explosión de muchas pequeñas boutique por unos años, en parte porque es una economía muy dinámica con un mercado legal muy desarrollado, pero al tiempo pequeño. Allá hay varias firmas que han llegado al techo de su propia economía, no pueden crecer más, y por eso no pueden nombrar nuevos socios, y la gente lo sabe y sale y, si está en sectores relevantes, montan sus propias firmas. Esto, por ejemplo, sucedió en resolución de disputas y competencia, y hay señales de que Colombia va en la misma dirección”, concluyó Gervin.

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