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  • Expansión - Madrid

domingo, 2 de octubre de 2022

El caso más conocido fue el del diseñador alemán Karl Lagerfeld, que le dejó a su gata, Choupette, una porción de su fortuna

El nuevo rey de Inglaterra, Carlos III, heredará una enorme fortuna repleta de curiosidades como algunas de las joyas más raras del mundo, una decena de castillos y un número indeterminado de cisnes, delfines, ballenas y esturiones.

El reparto para el resto de la familia aún es una incógnita y puede que no llegue a hacerse público nunca. Cuando se redacta un testamento, el que se marcha deja claras sus preferencias en vida. La certeza de que nadie podrá reprocharle nada al conocer el contenido ha dado lugar a las donaciones más extravagantes. Estas son las más llamativas.

Perros y gatos millonarios

Los animales son habituales beneficiarios del dinero de sus dueños. En la mayoría de países, las leyes de herencias permiten que un administrador se haga cargo del patrimonio destinado al cuidado de la mascota a través de una sociedad creada para el efecto. El primer caso lo protagonizó la multimillonaria hotelera neoyorquina Leona Helmsley, también conocida como "la reina de la mezquindad", que en 2007 le dejó a su perro, Trouble, 12 millones de euros (US$11,7 millones), mientras ignoraba en su testamento a dos de sus cuatro nietos.

La mascota de raza maltesa quedó en manos del hermano de la fallecida, Alvin Rosenthal, quien se negó a cuidarlo, por lo que lo mandaron en jet privado a Florida. Su nuevo cuidador se gastaba 100.000 euros (US$98.000) al año en su cuidado, 8.000 euros (US$7,8 millones) en peluquería y 1.200 euros (US$1.176) en comida. El can sufrió continuas amenazas de secuestro. Tenía seguridad privada y fue enterrado con su dueña al morir.

En 2011, una anciana italiana de 94 años, de nombre Maria Assunta, viuda y sin hijos le dejó 10 millones de euros (US$9,8 millones) a su gato. La fortuna incluía una lujosa villa, varios apartamentos en Roma y Milán y unos cuantos terrenos en Calabria. Al no encontrar a nadie a quien legarle su patrimonio, nombró beneficiario al felino, de nombre Tomasso y que recogió en la calle. La fallecida designó a su enfermera, Stefania, como encargada de cuidar al animal.

La gata de Lagerfeld

El caso más conocido fue el del diseñador alemán Karl Lagerfeld. Mucho se especuló al fallecer en 2019 que le había dejado a su adorada gata, Choupette, su fortuna estimada en 200 millones de euros (US$196 millones). La realidad fue que sí, le dejó a su mascota una parte del dinero sin revelar para mantener su vida de lujo, pero el resto lo repartió entre siete amigos y conocidos. Puso al cuidado de la gata a Françoise Caçote, su ama de llaves, y encargó que le diera todos los días latas de pollo y caviar. Antes de fallecer Lagerfeld, Choupette, bomboncito en español, protagonizó numerosas campañas publicitarias y tiene todavía una cuenta de Instagram con 124.000 seguidores que su cuidadora actualiza para mostrar su excéntrica vida.

Sin embargo, no es el animal con la mayor herencia. Gunther III, un pastor alemán, recibió en 1992 una fortuna de casi 450 millones (US$441 millones) de la condesa alemana Karlotta Liebenstein. Una fortuna que ha ido pasando a sus descendientes y que ahora ostenta Gunther VI, su bisnieto.

Sorpresa para desconocidos

El sueño de recibir una herencia inesperada lo hizo realidad en 2007 el aristócrata portugués Luis Carlos de Noronha Cabral da Cámara; 13 años antes de fallecer en extrañas circunstancias, con 42 años, elaboró un testamento en el que escogió como beneficiarios a 70 desconocidos elegidos con la guía telefónica de Lisboa.

Los agraciados recibieron una llamada telefónica tras su muerte para repartirse el piso en Lisboa con 12 habitaciones, donde falleció, una casa de dos plantas con terreno, un coche, una moto, dos escopetas de caza, una carabina de recreo y 25.000 euros (US$22.000). El excéntrico aristócrata se había gastado la mayor parte de la fortuna familiar en su vida disoluta. Sus amigos explicaron a la prensa portuguesa que solo lo hizo por diversión.

Unos Levi's sin usar

El comerciante de Arizona Solomon Warner compró en 1893 unos vaqueros azules de Levi Strauss & Co. fabricados en la primera fábrica de la marca, fundada 40 años antes, en San Francisco. A diferencia de los actuales, los jeans de esos días tenían solo un bolsillo trasero y no tenían presillas para el cinturón porque los hombres usaban tirantes.

Solomon dejó los pantalones metidos en un baúl de madera sin ningún valor que pasó a sus descendientes y estuvo varias décadas sin abrirse. Al ser descubierta, la prenda se encontraba en perfecto estado de conservación porque Warner los usó solo unas pocas veces antes de enfermar. Su tataranieto, Jock Taylor, se quedó con ellos y los subastó en 2018 por US$100.000. Están considerados los Levi's sin usar más antiguos del planeta. La marca los quiso comprar, pero no estuvo dispuesta a pagar la cifra que pedía su propietario.

De cero a multimillonarios

Zsolt y Geza Peladi eran dos hermanos sin hogar que vivían en una cueva a las afueras de Budapest (Hungría) cuando les cayó de la nada una herencia de 111 millones de euros (US$108 millones). Los dos sabían que la madre que les abandonó procedía de una familia muy rica y ya había fallecido. Pero ninguno contemplaba que su abuela siguiera viva. Cuando la anciana murió en 2009, en la provincia alemana de Baden-Württemberg, las autoridades les buscaron para entregarles las fortuna que les correspondía como descendientes directos.

La "broma" de las monedas

Cuando la socialité australiana Valmai Roche murió en 2009, acumulaba una fortuna de 3,5 millones de euros (US$3,4 millones). Su testamento citaba como única benefactora del dinero a la organización católica llamada Caballeros de la Cruz del Sur. Pero también contenía algo para su exmarido y sus dos hijas. Un pequeño párrafo en el que les dejaba en herencia "30 monedas del valor más bajo", para ser más exactos de 1,50 euros cada una, una cantidad muy elevada "para Judas", escribió la difunta. Las hijas abrieron una batalla legal por el control de la herencia y consiguieron que la Corte Suprema de Australia les diera la razón a finales de 2012.

La millonaria y su amante

El mayor escándalo judicial por una herencia lo protagonizó el maestro de feng shui Tony Chan, amante de la multimillonaria de Hong Kong Nina Wang, contra la familia de esta. En el momento de su muerte en 2007, Wang era la mujer más rica de Asia. Y Chan no quiso perder la oportunidad de sacar tajada. De la nada, sacó un documento firmado un año antes en el que le legaba todo su patrimonio de cerca de 3.000 millones de euros (US$2.940 millones).

Este testamento invalidaba otro anterior en que dejaba todo su dinero a la Fundación Caritativa Chinachem, propiedad de su familia. Los tribunales acabaron declarando culpable a Chan por falsificar el documento y lo condenaron a 12 años de cárcel. Salió de la cárcel en julio de 2021 después de cumplir ocho años por su buena conducta.

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