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OPINIÓN

Colombia - EEUU: una relación vigente

24 de junio de 2014

Canal de noticias de Asuntos Legales

Lo primero que debe analizarse es que el vicepresidente Biden no arribó solo a la capital del país. En su comitiva se integraron, además, Jake Sullivan, titular en la seguridad nacional estadounidense, Roberta Jacobson, secretaria de Estado adjunta para asuntos del hemisferio occidental, y Daniel Poneman, secretario de Estado adjunto para el tema energético. Se trató de una visita para ahondar en asuntos que interesan a ambos gobiernos y que, por algunas circunstancias, necesitaron ser revisados.

Si bien la cuestión de las conversaciones en la Habana con la guerrilla de las Farc (y de las posibilidades que se abren con el ELN) fue uno de los temas de la agenda, no era lo único que debía tocarse. Estados Unidos, a través de su vicepresidente, se ha mostrado complacido por los avances. Incluso se congratuló con la reelección de Juan Manuel Santos. Pero lo particularmente importante es el interés de ese país para que se le incluya en procesos de posconflicto. Dicho ofrecimiento es clave en el diálogo con Washington. Saber que hay interés en participar del proceso restaurador, no sólo del Estado colombiano sino de la sociedad en su conjunto, es una gran oportunidad para servirse de los instrumentos ofrecidos por el gobierno de Barack Obama.

Ello va ligado al compromiso establecido por EE.UU. desde la administración Pastrana con la financiación del Plan Colombia. Se mantiene en la escena pública una cifra revelada por Naciones Unidas sobre la producción de 309 toneladas de cocaína en Colombia para el año 2012. Algo nefasto. No obstante todas las críticas dadas al citado plan, es real que sin esa financiación el tema se hubiera desbordado para el país desde hace ya varios años. Las cifras recientemente expuestas por el Miami Herald dan fe de haber superado los U$9.000 millones en ayuda condicionada desde que el Plan Colombia se puso en marcha. Sin duda es una razón más por la que el vicepresidente Biden estuvo en el país la semana anterior.

Otro tema clave en el diálogo bilateral es el de los avances y retrocesos presentados en la dinámica comercial. El TLC entre Colombia y los Estados Unidos no ha mostrado en su primera etapa de implementación, los positivos resultados pronosticados. Es momento de insertar nuevas estrategias para hacer de esta relación una de mayor dinamismo. Teniendo en cuenta la crisis de la economía global (ahora en parte superada), es claro que a ambos Estados les faltó gestión útil a sus esquemas productivos. Colombia sigue haciendo muy poco para fortalecer los procesos de reconversión industrial favorables al sector exportador y de servicios.

Puede ser que ahora que se empieza a hablar del ingreso de Colombia en el Visa Waiver Program (para eliminar el visado a los colombianos que viajan a EE.UU.) se facilite alcanzar unas nuevas condiciones que favorezcan todo el contenido del acuerdo comercial pactado entre ambas naciones. 

Lo importante de los más recientes sucesos es que se prosiga con el reconocimiento internacional de Colombia como Estado serio al que, incluso el vicepresidente de los EE.UU., siente la necesidad de visitar.

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