Considerando lo anterior, ¿cuáles son los temas que más interesan a los financiadores?
Un financiador de proyecto analiza una variedad de elementos, pero hay dos aspectos fundamentales: (i) que el proyecto se complete en el plazo, dentro del presupuesto y cumpliendo las especificaciones inicialmente previstos; y (ii) que exista un flujo de recursos que asegure el servicio de la deuda.
Sobre el primer aspecto, si bien un contrato EPC a precio global y fijo mitiga el riesgo de construcción, en especial para los proyectos grandes (más de 10MV), es importante tener claro potenciales obstáculos derivados de consultas previas y licencias ambientales.
Sobre el segundo aspecto, es necesario hacer una distinción entre proyectos grandes y proyectos pequeños (menos de 10MV). Para los primeros, es fundamental que existan líneas de transmisión para el proyecto y que la Creg defina el mecanismo que funcionará como alternativa al Cargo por Confiabilidad, mencionado por Claudia Navarro en La República el 27 de enero.
Y para los proyectos pequeños, ¿qué debe analizarse y qué desafíos anticipa?
Considerando las características de los proyectos pequeños, el mecanismo idóneo para asegurar el ingreso del proyecto es un contrato de venta de energía (PPA), cuyo plazo debería ser superior al de la financiación y asegurar un flujo constante de recursos, sin importar la energía consumida.
Pero, no basta con tener PPAs. Los financiadores deben desarrollar mecanismos novedosos de análisis de riesgo, donde se considere la solvencia y capacidad financiera del usuario (off taker). Así mismo, los índices financieros aplicables deben ser creados especialmente para el proyecto, de tal forma que los beneficios tributarios que explicaba Lucas Moreno en la edición del 18 de marzo sean tenidos en cuenta en el modelo financiero.
Finalmente, se debe analizar la posibilidad de aglutinar proyectos para crear una masa crítica que mitigue riesgos y reduzca costos financieros.
Si los bancos buscan mitigar riesgos, ¿qué cree que hay por hacer?
Teniendo en cuenta que es una nueva industria, prácticamente todo está por hacerse, pero eso no significa que no podamos utilizar mecanismos que han resultado efectivos.
Por ejemplo, los proyectos no necesariamente deben desarrollarse mediante sociedades independientes. Los vehículos de propósito especial (SPVs) pueden ser, por ejemplo, patrimonios autónomos, lo que podría facilitar el aprovechamiento de los beneficios tributarios. En adición, pueden implementarse paquetes de garantías robustos, incluyendo fiducias de flujos que atrapen todos los ingresos del proyecto, garantías sobre todos los activos del proyecto, controles a cuentas bancarias y acuerdos directos con los diversos contratistas del proyecto.
Definitivamente, la estructura corporativa y contractual será clave en el éxito de los proyectos..
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