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  • Laura Buriticá

jueves, 13 de agosto de 2015

Dichos comités la mayoría de las empresas los han implementado por ser un requisito legal, sin embargo, en la práctica pocas compañías encuentran en los CCL su real propósito. 

Así, los comités están siendo mal aprovechados, pues no solo se está desconociendo que son preventivos de situaciones no convivientes o de líderes negativos al interior de las organizaciones, sino que además no se están viendo como una oportunidad de diálogo social constructivo. 

Se ignora que por medio de estos comités que los trabajadores de una empresa proponen y construyen situaciones, ambientes y soluciones de convivencia laboral, con el fin de lograr el real propósito de la Ley 1010 de 2006 y sus regulaciones posteriores.

Es de tal envergadura el tema en cuestión que países como el Reino Unido han creado entidades gubernamentales como el Advisory, Conciliation and Arbitration Service (Acas)  que propende por proveer información, ayuda, entrenamiento, medios de conciliación, entre otros servicios, a empleadores y trabajadores, con el fin de ayudar a prevenir o resolver problemas en el lugar de trabajo. Lo cual ha traído reales y pacíficas soluciones a problemáticas laborales, así como eficientes medidas preventivas de situaciones no convivientes.

En nuestra firma de abogados laboralistas, al evidenciar los grandes beneficios que han traído los Comités de Convivencia Laboral en empresas que los han empoderado, creamos una unidad de trabajo exclusivamente para esto, denominada Conviva, herramienta con la cual realizamos todo un entrenamiento en manejo y resolución de conflictos, así como proporcionamos herramientas para el adecuado funcionamiento de los CCL. Lo anterior con resultados que superaron toda expectativa. 

Las compañías que fortalecieron sus comités lograron crear redes de convivencia a nivel nacional con líderes regionales promotores de armonía laboral, quienes a su vez generaron la resolución efectiva de conflictos y restauraron el tejido conviviente.  

Esto, permitiéndonos concluir que los comités de papel no funcionan, pero aquellos que se insertan en la dinámica empresarial logran resultados sorprendentes. 

Las empresas tienen entonces una gran responsabilidad frente a los comités, pues las organizaciones deben proveer suficientes herramientas para que estos efectivamente puedan cumplir con su finalidad. 

No es suficiente con avalarlos y cumplir los requisitos legales, se requiere brindarles el apoyo y empoderamiento necesario para que generen frutos empresariales. 

LA REPÚBLICA +

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