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  • María Camila Reina

sábado, 5 de julio de 2014

Los herederos de la reconocida orquesta Billos Caracas Boys, enfrentan uno de los pleitos de marcas más particulares ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) por la disputa de la expresión Billos Caracas Boys.

La autoridad negó el registro en primera instancia, que había sido solicitado por Adrián Frómeta Subero para distinguir servicios de la clase 41 después de tener en cuenta la oposición presentada.

El requerimiento pretendía amparar servicios como ejecución musical, conciertos, entretenimiento y nombre de agrupación. Por lo que el señor José Amable Frómeta, hijo del fundador de la orquesta, interpuso el recurso de oposición argumentando que el opositor era dueño de la marca Billos Caracas Boys Orquesta en la misma clase.

Uno de los hechos mencionados en la oposición tuvo que ver con el parecido fonético y ortográfico de los signos enfrentados y porque los dos pretendía identificar servicios de la misma clase.

SIC defiende a hijo del fundador
En la resolución de primera instancia emitida por la SIC se negó el registro y declaró fundada la oposición presentada por el hijo del fundador de la orquesta Billos Caracas Boys.

La decisión estuvo fundamentada en el derecho preferente que gozaba José Amable Frómeta por el registro previo de la marca Billos Caracas Boys Orquesta que presta servicios de conciertos y entretenimiento.

“De un análisis simple se logra establecer que el signo solicitado reproduce el elemento esencial de la marca registrada y aunque suprima la palabra orquesta que resulta fácil de comprensión para el consumidor y muy asociada al tipo de servicio que ampara. Por esta razón resultan muy confundibles los cotejados”, señala la resolución de primera instancia de la Superintendencia.

Solicitante insiste por registro
Después del dictamen de la autoridad, Adrián Frómeta, solicitante del registro marcario, presentó el recurso de apelación.

La defensa recalcó que “la marca Billos Caracas Boys estuvo registrada en Venezuela, inicialmente a nombre del maestro Billo Frómeta”, el documento también señala que después de la muerte del maestro, la marca quedó inscrita a favor de la sucesión.

Para los abogados apoderados de Adrián Frómeta, “ante la basta explotación de la denominación Billos Caracas Boys resulta indudable que el maestro Billo Frómeta tenía en efecto derechos sobre aquella denominación, bien a título de marca, notoriamente inclusive lo cual haría que su registro sea prescindible, o como nombre comercial, amplia y continuamente explotado, tanto en Colombia como en Venezuela”.

Otro de los argumentos tenía fue que el solicitante del registro marcario tenía legítimo interés en pedir la titularidad del signo Billos Caracas Boys como consecuencia de su participación en la sucesión del maestro Billo Frómeta.

La firma Q & D abogados la coexistencia de los signos en conflicto es legal puesto que “se trata de una marca cuyos derechos fueron otorgados a un número reducido de personas, por vía de sucesión, tramitada ante un juez de la República de Venezuela”, mencionó la apelación.

Así mismo, alegó que no existía confusión entre las marcas cotejadas porque las personas involucradas en el pleito pertenecen a un mismo grupo de titulares de derechos de propiedad industrial, de carácter económico y mercantil, como lo eran en este caso los herederos del maestro Luis Frómeta.

Por las razones explicadas en la apelación se solicitó a la Superindustria revocar la decisión contenida en la resolución de primera instancia, y declarar infundada la oposición.

De igual manera, en la apelación se incluyeron todas las pruebas relacionadas con la acreditación de tanto la oposición como Juan Amable “tienen conjuntamente la calidad de herederos de la marca Billos Caracas Boys”.

Por ser una decisión en primera instancia y conociendo que el solicitante presentó apelación a la negación del registro, la Superintendencia de Industria y Comercio, debe emitir su segundo fallo en donde se decida si otorga el registro o lo niega y le da la titularidad a otro de los herederos.

En mayo la parte que apeló pidió al despacho que se pronunciara sobre su decisión.

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