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jueves, 17 de febrero de 2022

En el proceso contra la excongresista por violación de topes de campañas electorales, ayer declaró en el alto tribunal Francisco Rafael Palencia

Ayer continuó, en la Sala Especial de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia, el juicio contra la excongresista Aida Merlano, que a pesar de haber sido condenada en otro proceso enfrenta uno nuevo, por el delito de violación de topes de campañas electorales.

El turno para declarar le tocó a Francisco Rafael Palencia, uno de los líderes de campaña de la excongresista, que detalló cómo funcionaba el operativo de compra de votos desde la “Casa Blanca”. Según explicó, diariamente iban a la sede de campaña Merlano hasta 300 personas que, por cada voto que conseguían, recibían cerca de $5.000, que se acumulaban para ser remunerados de manera mensual como bonificación.

“Obviamente se compraban votos, se manejaba plata, no podía llegar cualquier persona y se tenían que manejar las cosas con prudencia. Nosotros llenábamos un formato como líderes y colocábamos los datos y quién lo recomendaba a uno”, dijo, y agregó que pesar de que había trabajado con Merlano en 2014, para las elecciones de 2018 tuvo que entrar recomendado por una compañera.

Además, afirmó que los votos que conseguía cada líder debían concentrarse en máximo tres puntos de votación, para que la campaña pudiera verificarlos. “A uno le hacían una trazabilidad de los votos en máximo tres puestos de votación. Si quedaba un voto por fuera ese no contaba porque a ellos les quedaba difícil la trazabilidad”. A los votantes, además del anticipo, se les entregaban $35.000 después de la elección.

Palencia dijo que no sabía exactamente cuánto dinero se había gastado en la campaña o su procedencia, aunque agregó que sí se violaron los topes y que “era un secreto a voces que el que financiaba todo era Julio Gerlein”.

Sobre la destinación del dinero, explicó que “toda la plata fue para comprar votos, al 100%. Incluso Aida Merlano decía: yo le compro el voto hasta a su mamá, acá a todo el mundo se le paga. Yo le puedo asegurar que todos los recursos eran empleados en comprar votos”.

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