martes, 6 de diciembre de 2022

Frente a lo imperioso que resulta continuar con el desarrollo de proyectos de infraestructura, y dadas las limitaciones presupuestales del Estado, se ha evidenciado la necesidad de estudiar herramientas alternativas para darle continuidad a estos desarrollos, reduciendo las fuentes tradicionales utilizadas para remunerar las inversiones. En medio de ese estudio, surge la figura de las obras por impuestos, de las que ya he tenido oportunidad de compartir algunas líneas en este medio. Aparece en el escenario también, la posibilidad de implementar la Contribución Nacional de Valorización (CNV) como una fuente de pago para la infraestructura nacional, en los términos establecidos en el documento Conpes 3996.

Es así como dicho documento de política plantea la alternativa de identificar aquellos inmuebles que pueden verse beneficiados con proyectos de infraestructura “captura de valor”, cuyos propietarios deberán asumir el pago de una contribución, la que, en principio, se destinará al proyecto en desarrollo, sin perjuicio de que pueda destinarse para otros proyectos.

Según el documento Conpes referido, son las entidades responsables de la infraestructura quienes deben identificar los proyectos que tengan potencialidad para la implementación de la contribución, y después se deben realizar ciertos estudios y validaciones para poder determinar su viabilidad. Luego de ello, se pasa a realizar el cálculo y liquidación de la CNV, siendo actualmente el Invías, en virtud de lo establecido en el Decreto 1255 de 2022, el encargado de efectuar el recaudo, algo que resulta un punto neurálgico para el éxito de la herramienta.

Al ser un tributo, no cabe duda de que la implementación debe venir aparejada a un proceso extenso de socialización, dado los impactos que puede generar en el área de influencia de los proyectos. El ideal será que se adopten políticas equitativas y no excluyentes en su implementación.

Ahora bien, se ha anunciado el inicio de estudios para implementar dicho mecanismo alternativo en proyectos de infraestructura en estructuración como otros en curso, dadas ciertas críticas sobre el costo de las tarifas de peaje y esfuerzos fiscales vía vigencias futuras. Si bien existe conciencia de la necesidad de explorar alternativas novedosas, el reto fundamental será la forma en la que se realizará su implementación, siendo primordial proteger situaciones consolidadas, para evitar generar variaciones que pongan en riesgo la estabilidad general de los negocios.

Incluso la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) en la actualidad tiene dentro de sus funciones la elaboración de estudios para definir, entre otros, mecanismos como el de la CNV y otras modalidades de retribución por el diseño, construcción, operación, explotación, mantenimiento o rehabilitación de la infraestructura de proyectos de concesión o asociaciones público privadas, con lo cual el camino de la estructuración de la alternativa está ya definido.

Por su parte, el Decreto 1255 de 2022 reglamentó el cobro de la CNV, estableciendo que el recaudo del referido tributo será depositado en el Fondo de Fuentes Alternativas de Pago para el Desarrollo de Infraestructura (FIP), recursos que serán utilizados como fuente de pago para proyectos de infraestructura de transporte y obras de interés público.

Así, resulta necesario explorar particularidades sobre el recaudo para que el esquema sea exitoso, y luego determinar la forma en la que dichos recursos se incorporarán en los proyectos, bien sea como mecanismos de remuneración o como recursos adicionales para que el Estado pueda asumir contingencias por riesgos reservados, siendo el reto de su estructuración la presentación de un mecanismo confiable para inversionistas y financiadores.

El camino está dispuesto, y será necesario ser creativos en la formulación de alternativas, debiendo ahora emplear el rigor necesario en identificar los riesgos del esquema analizado, para mitigar sus impactos. Por ahora se resaltan asuntos como el recaudo y la gestión de socialización de un esquema interesante, pero no necesariamente conocido.