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OPINIÓN

Gattusso

24 de noviembre de 2025

Andrés Charria

Fundador de Tres Puntos Consultores
Canal de noticias de Asuntos Legales

Las eliminatorias al próximo mundial están finalizando y empiezan las especulaciones y ubicación en los bombos del sorteo. Quedan atrás equipos eliminados como Perú y Chile, selecciones que en algún momento hicieron papeles destacados con figuras como Cubillas o Iván Zamorano.

En Europa eliminaron a Hungría y Grecia y quedan unos pocos cupos para algunos equipos que no lograron clasificar de manera directa; es el caso de Italia, que debe jugar un repechaje complicado contra Irlanda del Norte y, si gana, deberá hacerlo contra el ganador de Bosnia Herzegovina y Gales. Al terminar la eliminatoria el seleccionador italiano se quejó del número de clasificados de la Conmebol. Al igual que Mbappé hace algún tiempo, se nota el desdén de estos tipos por el fútbol sudamericano. Supongo que no lo conocen y que, con poca visión, creen que su gran Europa está lejos de este continente que ha dado a Messi, Pelé y el Pibe.

Las eliminatorias europeas son un canto a la mediocridad; en el grupo de Italia jugaron Estonia y Moldavia, dos selecciones que en 16 partidos sumados apenas hicieron 5 puntos. Equipos como Liechtenstein, Gibraltar, San Marino y Luxemburgo no hicieron un solo punto. Algún chiste oí que el Vaticano esperaba hacer una selección y que el único problema es que no se ponen de acuerdo con el color de la sotana.

Sudamérica tiene la eliminatoria más dura del mundial; todos los técnicos son unánimes en decir que lo que se juega acá no es normal: estadios a más de 3000 metros, con temperaturas superiores a los 30 grados y viajes de más de 15 horas hacen de este torneo una competencia infernal.

En contraste, en la delicada UEFA todo funciona divinamente y la carga para sus jugadores es irrisoria. Viajes de una hora entre Portugal e Irlanda, estadios ultramodernos y aficiones respetuosas que difícilmente insultan.

Italia le ganó a equipos chicos y contra Noruega, el único rival de nombre del grupo perdió dos veces. Dudo mucho que esa Italia en Sudamérica llegase a ser séptima; Venezuela es infinitamente superior al 70% de los equipos de panaderos y carteros que deambulan por las eliminatorias.

Ni qué decir de las estrellas europeas, pocas que vienen a jugar acá y que pasan sin pena ni gloria por los duros campeonatos. Falcao, De Rossi y otros supercracks europeos vienen y, como se quejó amargamente el último ídolo de Millonarios, no soportan canchas en mal estado, hoteles de dos luceros e hinchadas que, si les va bien, les tiran zapatos.

Las eliminatorias acá y en Europa hay que planificarlas; esperar a ver qué pasa en el próximo partido es una actividad imprudente y hasta peligrosa que seguramente intuyo fue lo que hizo Gattusso como seleccionador italiano. Llama la atención que el mismo Gattuso pegaba y recibía y nunca fue de los que se quejó por la cancha, las patadas que recibía o lo cargado del torneo. Siempre lo admiré por la forma de jugar, pegar y aguantar.

La eliminatoria de Italia se redujo básicamente a dos partidos contra Noruega, que en esos dos partidos recibió 7 goles y apenas marcó uno. Repito: en Sudamérica tampoco habría clasificado.

Pido disculpas a los lectores de una columna jurídica, pero para cerrar, la idea de estas personas es similar a muchos de los asuntos jurídicos que se resuelven en FIFA con clara tendencia eurocentrista. Sin ir más lejos, allá no se han enterado de cómo funcionan los campeonatos de este lado y los períodos de inscripciones, que toca machetearlos de los europeos, pues para torneos semestrales FIFA no dice nada.

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