Terminó la temporada de béisbol de la MLB

Terminó la temporada de béisbol de Estados Unidos, más conocido como las Grandes Ligas. Todo un espectáculo de un deporte que lleva más de cien años desarrollándose como espectáculo.

Llaman la atención aspectos que en el fútbol, parecerían impensables.

Lo primero que hay que indicar es que todo el desarrollo de este deporte se hace mediante una convención colectiva entre un sindicato bastante fuerte y el comisionado de la MLB. El sindicato de jugadores no es de participación forzosa pero todo lo que se acuerde en la negociación colectiva se le aplica a todos los jugadores, sin importar si están o no afiliados. No hay forma de eludir la convención, no hay por lo tanto esquiroles o “rompehuelgas”.

Una temporada larga, todos los equipos jugaron al menos 162 partidos entre finales de marzo y finales de septiembre con alrededor de 20 días de descanso. Sobra decir que hay viajes, cambios de horario y todo lo que implica para un equipo jugar contra 29 equipos rivales. Los campeones jugaron 178 partidos. Que yo sepa no hubo queja porque jugaron mucho o no pudieron asistir, digamos a el día de la madre. Es un gran negocio, un maravilloso espectáculo y los jugadores están muy bien remunerados precisamente para que jueguen esa cantidad de partidos. La gran mayoría tiene un descanso de 4 días mientras se desarrolla el juego de las estrellas. Repito, nadie se queja.

Este año, curiosamente el campeonato empezó y finalizó fuera de Estados Unidos. En marzo hubo partidos en Corea, a mitad de temporada en Londres y México DF y terminó en Toronto. Es un espectáculo y se trata de vender, entradas, merchandising, prender televisores y obtener clicks. Nada que ver con los problemas que le ha costado al Barcelona jugar un partido en Miami.

Otro asunto realmente interesante es la participación de extranjeros en los equipos. No hay ningún tope de jugadores extranjeros, el único requisito es tener contrato válido y autorización migratoria. Son equipos profesionales de una ciudad y quien es hincha de ese equipo no le importa donde nacieron los jugadores, solo que lo hagan bien y de ser posible que ganen. Ya se ha dado el caso de que un equipo juegue con 9 no nacidos en Estados Unidos en cuya alineación había hasta un colombiano. Nuevamente el espectáculo y el nivel de los equipos está por encima de consideraciones cada vez más anacrónicas en este mundo globalizado.

Otro aspecto que ayuda a ese deporte es la duración de la revisión por video, en teoría y casi siempre se cumple un “paseo” del arbitro (el umpire) a la pantalla, que debe durar menos de dos minutos; tiempo más que suficiente para analizar jugadas que en el caso de este deporte son milimétricas, mucho mas que los fuera de lugar de que tanto nos quejamos.

Uno de los problemas que estaba sufriendo este deporte era lo lento de los partidos; luego de poco tiempo se implementó un reloj de jugada que agilizó el desarrollo del juego y no disminuyó la venta de comida. Todo bien pensado para agradar al espectador que paga bastante por pasarla bien durante unas 3 horas.

Es posible hacer un deporte competitivo, agradable y sobre todo buen negocio, se requiere inteligencia y estudiar detenidamente el deporte, los estadios y los espectadores. Dar el mejor producto implica recibir mas dinero. Se trata de una tarea en la que deben participar todos, dueños, jugadores y los medios. Sería interesante que otros deportes miraran este lindo juego y copiaran cosas que no son muy complejas.