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viernes, 25 de agosto de 2017

Como Comisionado de Naciones Unidas para la discapacidad desde el Palacio de Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, debo decirles en honor a la verdad, que en las distintas dependencias de este organismo internacional se percibe la paz de Colombia como un logro extraordinario referente para otros países con conflictos armados.

Ya desde el viaje es maravilloso que como colombiano podamos viajar sin necesidad de visa para llegar aquí a Naciones Unidas, sintiéndonos como verdaderos ciudadanos del mundo, siendo nacionales de un país que ahora contribuye a la paz del mundo.

Justamente en el vuelo de Bogotá a París me encontré con una familia de Venezuela, que resaltaba la generosidad de Colombia con su país, al abrir nuestra frontera y facilitarles toda la ayuda humanitaria.

El primer día de sesiones, accedimos por la entrada principal del Palacio de Naciones, pasando frente al busto de Mohandas K. Gandhi, el símbolo mismo de la no violencia, mientras que al otro lado de la calle, se aprecia un museo del Comité Internacional de la Cruz Roja, todo esto como símbolo de la paz en el mundo.

En la primera reunión de este periodo de sesiones, los demás compañeros del Comité, que son de los cinco continentes, resaltaron el hecho que a Colombia le hayan otorgado el premio Nobel de Paz a través de su Presidente, como el reconocimiento a todo un pueblo por el esfuerzo para alcanzar la paz.

El segundo día ingresamos por la puerta de abajo, donde se visibilizan las 193
banderas del mundo, entre las cuales ondea orgullosamente la de Colombia como símbolo de paz.

Posteriormente visité el monumento de la Silla Rota o Broken Chair, monumento de doce metros de alto esculpido por el artista suizo Daniel Berset, e ideado por Paul Vermeulen, cofundador y director de Handicap Internacional.

Como ustedes saben, la Silla tiene una pata rota, simbolizando la lucha en contra de las minas antipersonales esparcidas en más de 83 países y que han asesinado y mutilado a un millar de personas.

Afortunadamente con el acuerdo de paz en Colombia, cada vez se declaran más municipios libres de minas antipersonales, siendo esto uno de los logros más importante de la paz.

Como colombiano y miembro de Naciones Unidas, siento que he cumplido mi deber con la Constitución de Colombia en promover la paz, ya que la Carta elevó la paz a derecho en el artículo 22, consagrando la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento para todos los ciudadanos.

De otro lado, la elección de los colombianos en los órganos de tratados, incluida mi elección como miembro del Comité de Discapacidad de Naciones Unidas, también es el reconocimiento al Estado colombiano que comprende la importancia de la política pública de discapacidad en el ámbito internacional, los derechos de las personas con discapacidad en el proceso de paz y la reparación a las víctimas.

Es más, la visita del Papa a Colombia, es debido al reconocimiento internacional del país por hacer la paz y garantizar el derecho a las víctimas.
Con el fin de implementar el posconflicto, el Gobierno expidió el Decreto 277 de 2017, que establece el procedimiento para la efectiva implementación de la Ley 1820 de 2016, que aprueba amnistías, indultos y tratamientos penales especiales para la reincorporación de los guerrilleros.

En conclusión, aquí en el Palacio de Naciones Unidas en Ginebra Suiza, se elogia la paz de Colombia como contribución al mundo y tenemos la certeza que el Estado colombiano sigue trabajando en implementar los acuerdos de paz, en lo que se ha llamado el posconflicto.