Efectivamente, las inversiones en Fintech se están consolidando a medida que caen las tasas de interés y se recupera la confianza en la economía. De esta forma, se puede configurar un crecimiento relevante de los negocios digitales. Desde luego, los inversionistas ahora son más selectivos, toda vez que, se centran más en los aspectos principales en los cuales se cimentan las Fintech, analizan el impacto relevante de la regulación local y en efecto, están enfocados no solo en como las Fintech generan sus ingresos, sino también en cómo se caracteriza su velocidad de crecimiento.
En los últimos años, el entorno de financiación para las Fintech cambió sustancialmente. Ya no basta con crecer de forma exponencial, de manera que, los inversionistas analizan a detalle factores que antes posiblemente eran secundarios. A continuación, algunas de las nuevas dinámicas que están redefiniendo las reglas de financiación:
(i) Inteligencia artificial (IA) y automatización, las Fintech que integran inteligencia artificial en la estructura de su modelo de negocio están siendo las más atractivas para el capital. La IA no solo optimiza procesos, también permite escalar de forma más eficiente, lo que se traduce en valoraciones más altas y rondas de inversión más sólidas.
(ii) Pagos y finanzas integradas, la tendencia hacia las finanzas integradas continúa creciendo. Ofrecer soluciones financieras directamente integradas en plataformas no financieras está generando oportunidades valiosas e ineludiblemente estratégicas. Esto permite a las Fintech expandirse horizontalmente, diversificando ingresos y fortaleciendo su propuesta de valor.
(iii) Cumplimiento regulatorio, la regulación se vuelve cada vez más compleja y con ello, crece la exigencia por parte de los inversionistas. Las Fintech que demuestran un enfoque proactivo frente al cumplimiento normativo son vistas como más maduras, más preparadas y por ende, más confiables para recibir inversión.
(iv) Rentabilidad y economía unitaria, crecer a cualquier costo está completamente descartado. Hoy, los inversionistas valoran modelos de negocio sostenibles, con economías unitarias claras y un proyecto razonable hacia la rentabilidad. La eficiencia operativa es un factor indiscutible en materia de financiación.
La recaudación de fondos para las Fintech es sin duda, más delimitada y selectiva. Los inversionistas buscan comprender a detalle la arquitectura técnica, las estrategias organizacionales ágiles y sus modelos de crecimiento empresarial. Ahora bien, el capital se está consolidando en torno a un número menor de las Fintech y estas son, las mejor preparadas.
En conclusión, las nuevas dinámicas en las reglas de financiación para Fintech generan escenarios de competencia estratégicos en mercados en desarrollo. Desde luego, al tener Fintech más consolidadas y con rondas de inversión robustas, se configura un mercado donde la competencia se agudiza, incentivando la innovación en beneficio de sus clientes, pero sobretodo, generando escenarios reales de inclusión financiera. La apuesta de inversión estará efectivamente enfocada a aquellas Fintech que si dinamicen la economía.
El mercado de financiación está abierto para las Fintech, pero es mucho más exigente. La infraestructura basada en inteligencia artificial ya no es un diferenciador, es un requisito esencial para competir y escalar. Además, el cumplimiento regulatorio ha dejado de ser una carga para convertirse en una ventaja competitiva indispensable, es decir, las Fintech que demuestran madurez y responsabilidad regulatoria tienen mayores probabilidades de acceder a nuevas rondas de inversión.
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