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sábado, 22 de junio de 2019

La actividad de generación de energía en Colombia está altamente concentrada en al menos tres agentes, lo cual no está prohibido, pero sí conlleva unas dinámicas particulares sobre todo cuando estos agentes tienen un portafolio de generación respaldado en diferentes fuentes de generación. Por esta razón y para concretar la participación de nuevos agentes en el mercado de generación de energía eléctrica conviene realizar algunos ajustes a las reglas de la subasta del contrato de largo plazo o mejor conocida como la subasta de las renovables. A continuación, algunos puntos que pueden ser susceptibles de análisis.

Se recomienda que se publiquen las reglas y formularios con debida antelación de manera que exista un adecuado análisis de los participantes; en la pasada subasta se publicaron documentos y condiciones muy cerca a la fecha en que se presentaban los vencimientos, dando espacio de reacción, pero poco tiempo de análisis. También conviene que la subasta de renovables sea realmente un complemento de la subasta del cargo por confiabilidad, para lo cual se recomienda definir una demanda objetivo que permita evaluar la necesidad de cobertura y sobre instalación de nuestro sistema de generación. Por otro lado, si el esquema es ofertar por bloques horarios se debería considerar el volumen de la energía ofertada y no solo la oferta.

Al tratarse de bloques horarios y dado que los participantes pueden tener mayoritariamente generación solar, se terminará concentrando la oferta de energía para cubrir unas horas, quedando otras horas descubiertas o con baja oferta, por ejemplo, las horas entre 4:00 PM y 7:00 PM.

En cuanto a la estabilidad del precio, el precio debería ser fijo y si hay un incremento solo debería ser el de la actualización, sin embargo, esto no está claro para la subasta y se observa una volatilidad dado que uno de los costos que por tradición se incluye en las transacciones de energía, que es el Costo Equivalente Real de la Energía del Cargo por Confiabilidad, Cere, se incluye al momento de la liquidación del contrato lo cual ocurre después del cierre de la subasta.

Aquí lo que se ve es que el Cere y la tasa representativa del mercado son una volatilidad que asume la punta compradora, por ello se sugiere que el Cere sí sea incluido en la oferta de manera que este costo lo asuman las partes. Otro punto que conviene revisar es el índice que se está aplicando para determinar el grado de competencia, toda vez que el índice IHH (Índice Herfindahl Hirschman) puede no ser el adecuado para este tipo de subastas porque se enfoca en las cantidades adjudicadas y no en la eficiencia del precio, de manera que se sobrevalora a los proyectos que ofertaron mayor energía, lo cual afecta la participación de proyectos a gran escala. En materia de acreditación financiera, se recomienda que aquellos participantes nuevos tengan reglas flexibles, pero con respaldo, por ejemplo, que la exigencia de sus estados financieros sea con el último corte, diciembre de 2018 o julio de 2019 y una forma de respaldar a las nuevas empresas es que todos sus avales estén suscritos por su matriz.

En lo que tiene que ver con punto de conexión, consultas previas y aspectos ambientales, se recomienda crear una fase cero (0) para el proyecto. El tiempo de esta fase será para cerrar o avanzar en todo lo que tiene que ver con esos asuntos, incluso resolver lo relacionado con la “línea negra”. Desde luego, la idea es que durante ese tiempo no se consideren incumplidas las obligaciones o no se exija la constitución de garantías mientras se esté dentro de esa fase.