La forma en que la Corea del Sur decidió posicionarse como una sociedad de economía sólida, moderna y con amplio desarrollo tecnológico, fue un punto de partida fundamental para que lograra un crecimiento acelerado. De esta manera ha conseguido que su economía se considere como una de las más robustas del mundo gracias al resultado de sus políticas públicas estratégicas.
En lo que tiene que ver con política pública para el sector cultural, esta se ha basado en el trabajo colaborativo entre el gobierno coreano, el sector privado y la academia. El resultado ha sido maravilloso pues el gobierno coreano apoya y destina un porcentaje importante de su PIB a las industrias culturales, lo cual ha permitido una expansión de la cultura coreana en el mundo a través del ‘Contenido-K’.
¿Por qué el modelo de economía cultural de Corea es tan exitoso?
El denominado ‘Contenido-K’ comprende el ‘K- pop’, que es un género musical que combina coreografías y una estética particular de sus intérpretes; y al ‘K-drama’, que son producciones de alto contenido emocional (son las nuevas telenovelas). Una estrategia enganche entre el ‘K- pop’ y del ‘K-drama’, es que varias de estas series sean protagonizadas por estrellas del K-pop y su música se incorpora como banda sonora.
Según la Agencia de Contenido Creativo de Corea (Kocca), Corea en 2022 logró posicionar su Contenido-K en el puesto número 8 del ranking mundial, con 2,5% de participación en el mercado internacional, gracias del crecimiento vertiginoso de fanáticos en los últimos 12 años, llegando actualmente a un aproximado de 225 millones de seguidores en el planeta.
La expansión de contenido-K en redes sociales, en la televisión, en el cine y en las plataformas de streaming, ha puesto en el radar otros sectores de la economía cultural coreana como el de la moda (‘K-fashion’); la gastronomía (‘K-food’); y la cosmética (K- beauty’). Y lo interesante no es solo el hecho de que Corea del Sur haya logrado que sus series o su música estén dentro del top 10, incluso en países de habla hispana. También vemos cómo se ha beneficiado el sector del turismo cultural, pues los consumidores del Contenido-K (en su mayoría mujeres) quieren conocer Corea y tener un contacto directo con su arte, sus tradiciones, su historia, y su gastronomía. Esto ha incentivado la enseñanza del idioma coreano, así como programas de becas ofrecidas por el gobierno para estudiantes extranjeros.
¿Qué reflexiones nos quedan para el sector cultural colombiano?
Sin duda lo que más llama la atención al analizar el modelo económico cultural de Corea del Sur, es la fórmula ganadora implementada para la construcción de una política pública: Estado + Sector privado + Academia = Éxito y expansión internacional.
Si quisiéramos aplicar esta fórmula en nuestro país evidentemente requerimos de un cambio en las políticas públicas y la institucionalidad por parte del Gobierno (de este y de los venideros), pues sin la suficiente inversión en sectores como cultura, tecnología y educación, el crecimiento de las economías culturales colombianas seguirá siendo muy lento y desigual entre sus subsectores.
Según cifras del Ministerio de Cultura contamos con 191.408 agentes culturales. En este censo los 3 primeros puestos, medidos en personas por área/subsector, los ocupan la industria de la música con 104mil; seguida de la industria de artes visuales con 79mil; y la industria de la danza con 63mil (cifras aproximadas).
Viendo estas cifras bajo la óptica del modelo de Corea del Sur, es evidente que aún estamos muy lejos de lograr una economía cultural que logre trascender fronteras territoriales, idiomáticas y culturales, y que al mismo tiempo pueda impactar otros subsectores de la industria mediante la atracción de turistas que quieran venir a nuestros festivales (diferentes a Estéreo Picnic), carnavales, ferias, museos, etc. Si lo pensamos detenidamente tenemos un patrimonio inmaterial y un insumo creativo que se está desaprovechando.
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