Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

viernes, 4 de agosto de 2023

Para nadie es un secreto que la construcción del Metro de Bogotá es uno de esos temas con el que hemos tenido que convivir varias generaciones de colombianos durante las últimas décadas. Desafortunadamente, la mayoría de las discusiones que se dan en torno a la construcción del Metro de Bogotá están lideradas por quienes tienen aspiraciones políticas en la ciudad y, por lo tanto, al debate no se le da la altura técnica necesaria.

El debate sobre si resulta mejor el metro elevado o el metro subterráneo en Bogotá, realmente es una discusión que demuestra el vago conocimiento alrededor de la forma en como se deben y pueden plantearse los sistemas de transporte masivos. Es decir, discutir si es elevado o subterráneo es más una puesta en escena del teatro que es la política, la cual alimenta la “civilización del espectáculo”.

En realidad no existe verdad absoluta sobre si es mejor un metro elevado o subterráneo desde el punto de vista del impacto urbanístico para la ciudad, como muchas personas nos lo quieren hacer ver, lo importante es que cualquiera de las dos modalidades de metro, en especial la elevada, se articule plenamente con el desarrollo urbanístico de la ciudad y con el espacio público existente o por desarrollar.

Londres que es la ciudad pionera en la construcción de metros en el mundo, tiene varias líneas de metro con tramos elevados, así como ocurre en París, Ciudad de México, Nueva York, y para no ir tan lejos la ciudad de Medellín. En varias de estas ciudades, existe una adecuada armonización entre la línea elevada del metro y el desarrollo urbanístico de la ciudad, lo cual es un buen ejemplo para replicar.

No es del todo cierto que los metros elevados generen depresión urbanística en sus áreas circundantes, ya que esta modalidad de metro de forma autónoma no genera en sí misma impactos urbanísticos relevantes para los territorios. En términos generales la clave para que los sistemas de metro – particularmente los que operan por sistemas elevados – no generen impactos urbanos relevantes para la ciudad (ejemplo: abandono, inseguridad, deterioro, etc), es que la construcción y operación de dichos sistemas este acompañada de todo un proceso de transformación, de intervención y de recuperación urbanística de todo el trazado, con el fin de darle autonomía e identidad propia a las áreas que se ubicarán alrededor de estas líneas elevadas de metro.

Por lo anterior, es necesario que para la construcción de la primera línea del Metro de Bogotá, se diseñen una políticas públicas claras, efectivas y de inmediata aplicación, para: (i) que los desarrollos urbanísticos que se estructuren alrededor de la primera línea de Metro, estén armonizados con su diseño y con el espacio público existente y proyectado, bajo lineamientos claros y de fácil ejecución; (ii) que se establezcan políticas de creación y mejoramiento del espacio público alrededor de todo el trazado de la primera línea del Metro de Bogotá, y no solo alrededor de las estaciones de metro, con el fin de que la ciudad no le de la espalda al trazado, sino que al contrario, esta primera línea de Metro sea el punto de partida para la construcción de la vida social de la ciudad; y (iii) que se modifique tanto el POT, como los demás instrumentos de planificación territorial existentes, con el fin de incluir normas que faciliten e incentiven el desarrollo de proyectos urbanísticos a lo largo de la primera línea de Metro que tendrá la ciudad.