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  • Andrea Londoño Agudelo

jueves, 19 de septiembre de 2019

¿Cómo el Big data puede mejorar la protección al consumidor financiero?.
Uno de los aspectos de mayor importancia y utilidad en los cuales las entidades financieras y aseguradoras pueden sacar provecho de las ventajas de los adelantos tecnológicos, especialmente de las herramientas de Big Data, son las instancias propias de la protección al consumidor financiero.

Entendiendo que a partir de la utilización de mecanismos de Big Data, las aseguradoras y las entidades financieras pueden recopilar, organizar, clasificar y analizar volúmenes muy importantes de información, con el fin de ofrecer una solución novedosa o más eficiente y completa a los desafíos connaturales a su negocio.

Esas entidades tienen en la actualidad una oportunidad de oro para beneficiarse ellas y sus respectivos clientes de las innumerables ventajas que puede representar el uso de tales herramientas en los campos de protección a los consumidores.

En la medida en que los procedimientos y sistemas de protección al consumidor implican metodologías dinámicas y proactivas, que no sólo conlleven tiempos menores de respuesta y atención al cliente actual o potencial, el Big Data puede suponer, según la implementación que del mismo se haga, respuestas más acordes con las necesidades de los consumidores actuales.

Así como el diseño y puesta en práctica de mejores estrategias de atención al cliente y a sus cambiantes y, algunas veces, crecientes necesidades o gustos.
Mediante el Big Data, se podría pasar de una atención al cliente basada en respuestas puntuales a sus peticiones, quejas o reclamos.

También, llevar a metodologías más eficientes y omnicomprensivas que le permitan a las entidades vigiladas, no sólo brindar soluciones a cuestiones o aspectos puntuales, sino re-pensar e implementar todos aquellos asuntos que mejoren la relación para los consumidores financieros.

Lo anterior no es sólo recomendable de cara a la protección del cliente, sino también más acorde con el nuevo perfil del consumidor financiero.

Lo anterior es caracterizado, especialmente en sectores poblacionales crecientes, por ser un sujeto más proclive al mundo digital y a todas las ventajas que este puede significar, independientemente de lo disruptivas que ellas puedan llegar a ser.

Así como en el mundo varias entidades utilizan herramientas de Big Data, ya sea para analizar la creación, diseño o mejora de productos.

También para prevenir o contrarrestar el fraude que se presenta en ciertas líneas de negocio, también nos podríamos beneficiar todos si esos mecanismos se usaran para hacer de la protección al consumidor un campo en mayor sintonía con el estado actual de desarrollo tecnológico.

Aun cuando el uso de Big Data respecto de los sistemas de protección al consumidor, conlleva sin duda un esfuerzo operativo.

Lo mismo pasa con otros desafíos: económico por ejemplo, muy importante, pero en todo caso, no por ello se debe descartar de plano esta posibilidad, pues a la postre el beneficio obtenido, fundamentado en un mejor relacionamiento con el consumidor, puede arrojar, incluso, una ventaja competitiva adicional frente a los cada vez más exigentes y demandantes mercados nacionales e internacionales.

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