En los últimos 12 meses en Colombia se han registrado cerca de 800 solicitudes de insolvencia ante la Superintendencia de Sociedades. De estas, alrededor del 60% corresponden a solicitudes de reorganización, mientras que el porcentaje restante se orientó hacia casos de liquidación. La mayoría de los casos está concentrada en Bogotá mientras que, por sectores, el comercio lidera las solicitudes de insolvencia, seguido por la construcción, la manufactura y el transporte.
Un rubro que merece especial atención es el de la construcción, gravemente afectado en los últimos dos años debido a cambios en las reglas sobre incentivos para la vivienda de interés social, altos tipos de interés y las condiciones sociopolíticas actuales, que han frenado la inversión. Y es que, en el primer trimestre de 2024, las unidades licenciadas para vivienda cayeron un 35,7%, y las ventas de viviendas nuevas registraron una contracción del 14%.
¿Qué factores afectan la capacidad de las compañías?
Existen dos factores principales que afectan la capacidad de las compañías para renegociar y reestructurar su deuda. El primero es la situación macroeconómica general, que, con tasas de interés altas y la incertidumbre sociopolítica, ha deteriorado las carteras de consumo y corporativa. Los préstamos reestructurados representan sólo entre el 2% y el 3% del total de la cartera financiera en Colombia y suelen consistir en la reducción y capitalización de intereses, extensión de plazos y otorgamiento de períodos de gracia.
El segundo factor es cualitativo y está relacionado con la credibilidad de los deudores ante las instituciones financieras. Si el deudor tiene un buen historial con el banco, la probabilidad de alcanzar un acuerdo es mayor.
¿Qué opciones hay para Empresas en Dificultades?
Las empresas con problemas de liquidez suelen optar por negociar directamente acuerdos de reperfilamiento de deuda con sus acreedores financieros. Una segunda opción consiste en acogerse a los procedimientos de insolvencia regulados por la Ley 1116 de 2006, recientemente reformada por la Ley 2437 de 2024 que incorpora mecanismos novedosos y más expeditos para hacer más eficientes los procesos de reorganización, con base en la regulación expedida durante la pandemia.
En Colombia ambas opciones han estado principalmente lideradas por asesores legales, sin embargo, un proceso de reorganización requiere mucho más que el reperfilamiento de deuda o la protección del activo bajo un proceso de insolvencia. Se requiere un plan de reestructura financiera y operativa viable para la empresa.
¿Cuáles son las perspectivas Futuras?
Colombia no solo sigue enfrentando los efectos del pospandemia sino condiciones macroeconómicas adversas. Las tasas de interés no han bajado a la misma velocidad que se ha ido reduciendo la inflación en el último año, poniendo presión sobre el costo para atender el servicio de deuda de las empresas afectando también su liquidez y una volatilidad cambiaria significativa que incrementa costos de insumos y materias primas y encarece las coberturas. A estos indicadores ahora se suma el incremento del salario mínimo fijado en casi el doble de la inflación del último año, generando una presión considerable en el sector empresarial. Estos factores, combinados con tasas de interés que continúan por encima de la inflación, dificultan la planificación financiera de las empresas y estrechan su situación de liquidez.
Todo este ambiente hace que se prevea que el mercado de insolvencias siga activo al menos durante los próximos 12 meses. En este desafiante panorama, es crucial fomentar la participación temprana de asesores especializados y aprovechar los nuevos instrumentos regulatorios que promueven soluciones rápidas y efectivas para las empresas en dificultades.
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