
domingo, 9 de marzo de 2014
Aunque el papel crucial que tendrán este domingo los colombianos en las urnas será determinar la manera en que queden conformados el Senado y la Cámara de Representantes, en el trasfondo de la contienda hay un sinnúmero de duelos que despierta todo el interés de la opinión pública frente a este proceso.
Porque está en juego el poder que ejercerán los partidos políticos en el Congreso en los próximos cuatro años, pero también la gobernabilidad del presidente Juan Manuel Santos, en caso de reelegirse; porque estas elecciones serán un indicativo de lo que pueda ocurrir en las presidenciales, pero también una especie de referendo al proceso de paz que se cumple en La Habana.
Buena parte de la opinión pública centra su interés en conocer cuáles serán esos partidos que perderán el espacio que gane el uribismo en el Congreso de la República; pero también está en juego el futuro de los movimientos de izquierda, del Partido Verde y el Mira, que ven en el umbral la amenaza a la preservación de su Personería Jurídica.
Incluso, hilando más delgado, estas elecciones le permitirán al Partido Conservador intuir si fue una buena decisión negarse a apoyar la reelección presidencial y jugársela con candidato propio para el primer cargo del Estado; pero también será el duelo personal entre Santos y Uribe, con sabor a revancha, que luego de cuatro años de profundas diferencias se harán contar por separado en las urnas de forma indirecta.
El ‘todos contra todos’
Ser el partido mayoritario en el Congreso es el propósito que perseguirán hoy todas las colectividades, aunque existen unos favoritismos y unos duelos que están ya definidos de cierta manera.
Por el enorme impulso que le ha dado el presidente Santos, hay quienes consideran que para el Partido Liberal sería una derrota no lograr la mayor representación en el Congreso. Sin embargo, las circunstancias le han puesto al frente al Centro Democrático, el partido del expresidente Álvaro Uribe, que hoy hará su debut en la arena política.
Para el analista Vicente Torrijos, la variable presidencial marcará una tendencia importante en estas elecciones para el Congreso de la República.
“El Presidente, en campaña, tiene que reconocer que el Congreso de hoy no será igual al de 2010. Se acaba la homogeneidad que existe en la actualidad, lo que obliga a comenzar a hacer una ejercicio de responsabilidad porque los tiempos de la corresponsabilidad quedarán atrás”, dijo el analista.
La opinión de Torrijos está fundamentada en el precepto de que los más afectados con el ascenso del uribismo serán los partidos de la U y el Conservador, miembros principales de la Unidad Nacional que hoy le garantiza a Santos la mayoría en el Legislativo.
El analista Diego Luis Sánchez considera que “cada escaño que gane Uribe en el Congreso será un paso atrás que dé el presidente Santos porque una cosa es Uribe criticando y atacando a través de Twitter, pero otra muy distinta será dirigiendo la oposición al Gobierno desde el Congreso de la República”.
Sin embargo, en opinión de los analistas, este elemento no es malo para el país porque va a enriquecer el debate en el interior del Congreso.
Así lo señaló el exministro Camilo González al asegurar que la presencia de Álvaro Uribe en esta campaña sirvió para llevar al Congreso a dirigentes políticos del primer orden.
“La presencia de Uribe obligó a todos los partidos a colocar figuras de primera línea en las cabezas de listas para Senado y convirtió esta disputa en una apuesta de primer orden para el futuro político del país; por eso tenemos a Serpa y a Navarro y otras figuras destacadas de los diferentes partidos”, indicó González.
Aunque el Gobierno y algunos congresistas de la coalición han anticipado que en efecto perderán algunos escaños en el Senado, aseguran que mantendrán la mayoría de los congresistas.
“Va a ser un Congreso muy interesante porque realmente el Gobierno va a enfrentar dos sectores de oposición: por un lado, el ala uribista y por otro lado, la izquierda radical que ya ha venido ejerciendo ese papel”, dijo el exministro Germán Vargas Lleras.
Una suerte de referendo
Muy entre líneas, consideran también los especialistas, en la medida que esta campaña se ha centrado en lo que viene ocurriendo con las negociaciones de paz en La Habana, estos comicios son una suerte de referendo al proceso.
Porque si bien el uribismo comparte con el Gobierno la postura de que es necesario ponerle fin a 50 años de conflicto armado, difieren en la manera y en el precio que debería pagar el país para alcanzar esa paz.
El analista y politólogo Fernando Giraldo aseguró que más que determinar la conformación del Congreso, “las elecciones de hoy terminarán siendo concluyentes frente al proceso de paz. Incluso estos comicios pueden reorientar todo el proceso”, aseguró.
En entrevista, el expresidente Uribe aseguró el viernes que quiere llegar al Senado porque, desde su punto de vista, en los últimos cuatro años el país ha retrocedido.
“En mi gobierno hubo avances en seguridad, en inversión, en política social. Hoy hay preocupantes señales de retroceso”, dijo el exmandatario.
González aseguró que más que nostalgia por ver en el poder a Uribe, “hay gente que quiere que desde el Congreso se revierta la estrategia de paz que tiene la administración Santos; entonces más que una nostalgia por el pasado, es una apuesta hacia adelante de cómo hacer una trinchera en el Congreso de la República para revertir lo de La Habana”.
Un duelo aparte
Aunque estén aspirando a corporaciones diferentes, en el trasfondo el expresidente Uribe y Juan Manuel Santos estarán viviendo un duelo personal, una suerte de revancha por lo ocurrido en las presidenciales de cuatro años atrás, cuando el actual mandatario fue elegido con unos postulados que luego abandonó para jugar su propia partida.
Tanto para Santos como para Uribe esta elección es clave. Para el Presidente porque una figuración importante de Uribe puede significar una atadura para aprobación de leyes y proyectos necesarios para el posconflicto, por ejemplo. Para Uribe, una votación amplia es la manera de avalar popularmente las críticas que ha hecho al modelo de gobierno que instauró quien fuera su ministro de Defensa.
El politólogo Alfredo Rangel, de la Fundación Seguridad y Democracia, dijo que en este duelo aparte que libran Santos y Uribe “el exmandatario saldrá muy bien favorecido porque Uribe tiene una inmensa recordación y el pueblo colombiano tiene una enorme gratitud con lo que fue su legado y su obra de gobierno, lo que ha catalizado a buena parte de la opinión pública en su favor”.
“Es natural que haya nostalgia, entre quienes quieren ver en el poder al expresidente Uribe y que esta campaña se presidencialice porque se convierte en un plebiscito en torno al Gobierno y por ello la disputa es finalmente entre el partido del presidente Santos y el partido del presidente Álvaro Uribe; esta es una campaña plebiscitaria”, dijo Rangel, quien también es candidato al senado por el Centro Democrático.
El analista Juan Manuel Charry recordó que en la medida en que se dio el distanciamiento del gobierno Santos de las líneas programáticas de Uribe, que habían sido marcadas por la continuidad, el uribismo empieza a construir una política de oposición. “Estas elecciones tienen esa relevancia: nos van a permitir medir cuánta gente sigue con Uribe y quiénes con Santos”.
El futuro de la izquierda
Quienes vivirán su propio duelo en las urnas serán partidos como la Alianza Verde, el Mira, Opción Ciudadana, la Unión Patriótica y el Polo, que se juegan su permanencia en el nuevo Congreso.
El umbral de 3% del total de los votos válidos obliga a estos partidos a obtener cerca de 450.000 sufragios.
Pese a que ningún partido le gusta reconocer que se encuentra en estas afugias, todos ellos saben que con el actual panorama de polarización y con la amenaza de una alta votación en blanco, no será fácil superar esa barrera.
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