Recientemente la Superintendencia de Transporte profirió la Resolución 2338 de 2025, cuyo objeto es establecer todas las pautas para que los sujetos que se encuentran vigilados, inspeccionados y controlados por esta entidad, implementen de manera obligatoria el Sistema de Administración de Riesgos de Lavado de Activos, Financiación del Terrorismo y Financiación y Proliferación de Armas de Destrucción Masiva – Sarlaft.
Dicha normativa surge como una medida para que las entidades públicas y privadas diferentes al sector financiero, asegurador y bursátil, tal y como lo son las empresas de transporte reporten operaciones sospechosas que puedan contribuir a la realización de actividades ilícitas consideras por el Grupo de Acción Financiera Internacional.
De acuerdo a la Resolución, esta normativa aplicará para todas aquellas empresas de transporte, publico, privado, de carga, de pasajeros, empresas de transporte por cable, centros de transporte, centros de enseñanza automovilística, sociedades portuarias, operadores de transporte multimodal, entre otros, ya sean sociedades colombianas o sucursales de sociedad extranjera.
Dentro de las obligaciones que se destacan y las cuales deberán cumplir los sujetos obligados son, la implementación de políticas de administración de riesgos para el lavado de activos, la financiación al terrorismo y la proliferación de armas, definir los procedimientos y mecanismos para la gestión de los riesgos identificados, describir y designar cuales son los deberes de los órganos de administración de las compañías, y de las personas responsables de gestionar y velar por el cumplimiento de los controles establecidos, realizar los reportes ante la Unidad de Información y Análisis Financiero de manera oportuna y nombrar un oficial de cumplimiento.
La implementación de Sarlaft en las compañías del sector transporte es fundamental porque, además de evitar sanciones legales, fortalece la reputación empresarial, generando confianza en clientes, socios, inversionistas y autoridades gubernamentales, permite gestionar mejor el riesgo, permitiendo identificar, medir y controlar situaciones que pueden desencadenar la realización de actividades ilícitas, mejorando los controles internos y los mecanismos de gobernanza.
También resulta importante destacar que no solo aporta beneficios al interior de la compañía, si no que mejora la accesibilidad al mercado financiero, aumentado la credibilidad y solidez financiera, se fomenta la transparencia y trazabilidad de las operaciones y demuestra un gran compromiso con la lucha del crimen organizado y la integridad de los sistemas económicos, desarrollando un entorno empresarial ético y sostenible.
En conclusión, la implementación del Sarlaft dentro de las compañías del sector transporte en Colombia, es una herramienta que protege y fortalece la integridad institucional, generando buenas prácticas corporativas que impactan el entorno a largo plazo y ayudan a consolidar su posición dentro del mercando, generando confianza entre sus clientes, proveedores y entidades de gobierno tanto a nivel nacional como internacional.
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