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lunes, 2 de abril de 2018

Esta semana fue noticia el candidato Iván Duque por sus polémicas declaraciones sobre reformar la Rama Judicial y unificar las Altas Cortes en una sola “supercorte”. Independientemente de mi posición sobre esta controversial opinión, que bien pudo ser una respuesta poco analizada en medio del calor de un debate que no forma parte de su propuesta programática, me tomé el trabajo de ver realmente cuál es su propuesta frente a la justicia y si su anhelo está respaldado en su programa electoral. No encontré propuestas concretas sobre implementar reformas estructurales a la administración de justicia ni mucho menos de buscar implementar una “supercorte”, pero si algunas cosas que me llamaron la atención.
Para Duque, un tipo estudioso y que claramente es más un tecnócrata que un burócrata, es importante “atraer y mantener el mejor talento para la rama de la justicia” con lo que seguramente todos estamos de acuerdo. Necesitamos que la administración de justicia esté invadida por los mejores juristas del país, mentes brillantes y estudiosas. Aplaudo que su propuesta busque “independencia, reconocimientos y asensos basados en la meritocracia, restaurando la mística de servicio, elevando la calidad de jueces, justicia y transparencia, y acabando con las puertas giratorias y los carruseles en las Altas Cortes”, lo curioso es que no es muy claro cómo quiere llegar a eso porque los incentivos y la eliminación de brechas salariales no parece ser el medio suficiente.

Propone “digitalizar y automatizar” los procesos, pero eso no es una novedad. Desde la entrada en vigencia del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo hace poco más de cinco años la jurisdicción de lo contencioso administrativo ha venido tratando de digitalizar sus procesos, sin mucho éxito, e implementar el uso de herramientas tecnológicas, esto sí con un poco más conquistado. Lo mismo viene ocurriendo en la jurisdicción ordinaria que de forma gradual con la Ley 1395 de 2010 y de forma supuestamente definitiva (porque por asuntos presupuestales sigue implementándose gradualmente en todo el territorio nacional) desde el año 2014 con el Código General del Proceso.

Tiene un punto sobre unificar “lineamientos y criterios para la jurisprudencia de las Altas Cortes, simplificando procesos, generando seguridad jurídica y aumentando la confianza en el sistema judicial” vaya de la mano de la creación de la “supercorte”, pero sí me da la sensación de que de alguna manera quiere promover más reformas procesales para “simplificar” los procesos, ignorando las malas experiencias que este tipo de reformas trae y, aún más importante, que ya existen mecanismos de unificación de jurisprudencia: Recurso Extraordinario de Unificación de Jurisprudencia y Recurso Extraordinario de Casación, por ejemplo.

Nadie discute que es importante que la tutela “haga más de lo que le corresponde (proteger derechos vulnerados o en riesgo) y menos de lo que debe hacer el resto de la justicia (resolver aquello para lo que existen mecanismos idóneos)” y de acuerdo con las propuestas de Duque, va a buscar fortalecer la tutela. Eso sí que me gustaría verlo ¿cómo será esa idea de reforma para fortalecer la tutela sin restarle efectividad? Porque lo claro no es que la tutela sea débil, sino que los litigantes hemos aprendido a usarla y también a abusarla. Todo hay que decirlo. Llevamos un buen tiempo notando que la acción de tutela se ha usado como una tercera instancia; como el último recurso en actuaciones judiciales que ha dado paso a una vasta jurisprudencia sobre los casos en los que el amparo constitucional procede contra decisiones judiciales.

Fortalecer la conciliación y el arbitraje “para resolver y desactivar los conflictos que congestionan el sistema judicial”, está bien, pero olvida que la congestión judicial se debe a que los juzgados están atiborrados con procesos ejecutivos por su naturaleza no pueden ser sustraídos de la jurisdicción.
Se queda corto el programa de Duque frente a la administración de justicia. Solo palabras bonitas y pocas propuestas ejecutivas.