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sábado, 6 de abril de 2019

El emprendimiento evoluciona en Colombia. Según el informe a 2018 del Global Entrepreneurship Monitor, en Colombia 21,2% de las personas entre 18 y 64 años son emprendedores nacientes. Sin embargo, esta realidad implica desafíos. Uno muy importante es la financiación, calificada como una de las mayores dificultades para los emprendedores.

Esto no es exclusivo de Colombia. Es por eso que otros países han buscado alternativas que respondan a esta dificultad. En 2013 surgió en Silicon Valley un mecanismo de financiación sencillo denominado Simple Agreement for Future Equity (Safe).

¿De qué se trata?

El Safe le permite al emprendedor recibir fondos de los inversionistas, no a título de deuda, sino a cambio de un derecho a convertir su inversión en acciones en un futuro, sujeto a una condición, y un techo sobre la valoración de la compañía una vez cumplida la condición, y/o un descuento sobre el valor de la acción. Normalmente, la condición que se pacta para convertir la inversión en acciones es el cierre de una ronda de financiamiento, toda vez que el Safe es utilizado esencialmente durante la etapa inicial del emprendimiento.

A diferencia de las notas convertibles, el Safe, no cuenta con fecha de vencimiento, no genera intereses a favor del inversionista y no suele garantizarse con otro instrumento. Así, el emprendedor no pierde liquidez al no tener que pagar rendimientos al inversionista, pues solo debe reintegrar el monto de la inversión inicial en ciertos eventos de disolución. Además, el Safe le permite controlar el porcentaje en el que él y los inversionistas del Safe se van a diluir en la ronda semilla y en la ronda institucional. Finalmente, en la medida que la emisión de acciones sólo tiene lugar una vez acaece la condición pactada, en un primer momento, los fundadores tienen pleno control sobre las decisiones alrededor del emprendimiento.

Ahora bien, la simplicidad de este mecanismo trae implícito un alto nivel de incertidumbre y riesgo para el inversionista, quien no cuenta con garantías tradicionales para recuperar su inversión en caso de que la compañía no reciba nuevas rondas de financiamiento.

Sin perjuicio de lo anterior, este mecanismo facilita el financiamiento del emprendimiento, al ahorrar costos transaccionales de la negociación de términos y condiciones de plazos, intereses y garantías de la inversión. Además, el Safe le permite a los inversionistas acceder a un mejor precio por acción que, en caso de éxito del emprendimiento, maximiza el retorno de la inversión.

Siendo el Safe un instrumento importado de Estados Unidos, su implementación en Colombia implica importantes retos en materia jurídica. Cómo evitar que se convierta en un instrumento de fraude a terceros en un país con muchos antecedentes en este sentido, es uno de ellos. Uno segundo, es la caracterización de este mecanismo de financiación, para no incurrir en captación masiva e ilegal de ahorro. Un tercer reto es cómo caracterizar tributariamente esta operación, teniendo en cuenta que la inversión no es una deuda y que su conversión en acciones puede tardar más de un año después del desembolso.

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