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miércoles, 16 de febrero de 2022

La Misión de Observación Electoral publicó un informe sobre la participación política de las mujeres en las elecciones legislativas

Falta menos de un mes para las próximas elecciones legislativas, que se celebrarán el 13 de marzo, y, en esta coyuntura, la Misión de Observación Electoral (MOE) publicó el informe ‘Participación política de las mujeres en el Congreso de la República: elecciones nacionales 2022’, en el que analizó las últimas elecciones legislativas y, en particular, la evolución de la paridad de género y la composición de las listas.

Según el informe, en lo que respecta al Senado, los movimientos con mayor participación femenina en sus listas son Estamos Listas, con 69%; Gente Nueva, con 58%; y Movimiento Unitario Metapolítico, con 55%. Entre los partidos, destacan el Liberal, que llega a 52%; Comunes, con 48%; y Cambio Radical, que llega a 45%.

Para 2018, el porcentaje de mujeres electas al Congreso llegó a 19,70%, lo que significó una caída de 1,2 puntos porcentuales frente a lo logrado en 2014, año en el que entró en vigencia la Ley 1475 de 2011, que obliga a los partidos a cumplir una cuota de género de 30% en la inscripción de sus listas.

Pese a que la norma impulsó los votos a candidatas mujeres en las legislativas de 2014 (subió 6% el número de mujeres electas en solo cuatro años), todavía quedan vacíos para promover la equidad, especialmente en las regiones. Esto, porque la Ley no aplica para las circunscripciones a la Cámara con menos de cinco curules para asignar; así, departamentos como Amazonas, Caquetá. Huila, Meta, Quindío y otros 14 más están exentos de la regla.

Desde 1994, las elecciones con mayor paridad han sido las de 2014, cuando 22,50% fueron senadoras y 19,90% de los elegidos a la Cámara fueron mujeres. En los comicios anteriores, en 2018, resultaron electas menos mujeres pues, en un primer momento, el Senado contó con una participación femenina de 21,30%, mientras que en la Cámara fue de 18,70%.

Para este año, las apuestas se inclinan hacia un aumento de mujeres elegidas al Congreso por varios motivos. El primero tiene que ver con las listas; según la MOE, del total de aspirantes al Senado, 38,7% son mujeres, es decir, un aumento de 5,8% frente a las inscripciones de 2018. El caso de la Cámara es aún más optimista, pues las mujeres representan 40,5% del total de inscritos, lo que equivale a un avance de 6,5%.

LOS CONTRASTES

  • Felipe BoteroExdirector de Congreso Visible

    “Hay partidos que están incluyendo listas cerradas cremalleras, es decir, intercalan a un hombre y a una mujer, por lo que de esa manera pueden elegir a más mujeres”.

  • Viviana SarmientoInvestigadora del Observatorio de Género de la MOE

    “El nuevo Código Electoral hace un llamado a los partidos políticos para que implementen un protocolo de prevención de la violencia contra las mujeres en política”.

Además, para la Cámara, 21 circunscripciones aumentaron la proporción de mujeres en las listas, mientras que en el Senado destacan varios movimientos políticos, que no solamente atienden a la paridad de género, sino que cuentan con una mayoría femenina, como los mencionados Estamos Listas, Gente Nueva y Movimiento Unitario Político.

Felipe Botero, exdirector de Congreso Visible, considera que el porcentaje de mujeres electas al Congreso subirá este año, “pero no de manera significativa”. Esto, porque en su concepto la participación femenina todavía no se acerca al punto de equilibrio por “la falta de voluntad por parte de los partidos políticos de vincular mujeres en sus filas y de no tener programas de inclusión que permitan que las mujeres tengan una carrera dentro de los mismos”.

Además de esas situaciones, según Viviana Sarmiento, investigadora del Observatorio de Género de la MOE y coautora del informe, también existe un problema estructural de violencia contra las mujeres en la política y una crítica falta de financiación. Por eso, la experta resaltó que los casos de agresión a las mujeres en política deben ser prevenidos porque eso desincentiva la participación de sus pares.

Continuando con su análisis, la experta de la MOE manifiesta que, muchas veces, los partidos políticos incluyen a las mujeres para cumplir con su cuota de género obligatoria, pero “no se preocupan por ellas, no les dan dinero, las maltratan verbalmente, reproducen estereotipos de género, no las dejan hacer uso de la sede de campaña, no las invitan a eventos”, entre otras maniobras discriminatorias, que, en últimas, reducen la posibilidad de que las mujeres salgan electas.

El nuevo Código Electoral podría convertirse en la mejor opción para seguir avanzando en la participación política de las mujeres, una vez sea aprobado por la Corte Constitucional. Sarmiento explicó que este documento, que ya no alcanzaría a entrar en vigencia para las elecciones legislativas de este año, es importante para la equidad porque obligaría a los partidos a subir la cuota de género de 30% a 50% en las circunscripciones más grandes. Además, eliminaría la exención de 19 departamentos sin esta regla y les aumentaría la cuota a 30%.

Aunque podría no ser suficiente, esto sería importante si se tiene en cuenta que, como revela el informe de la MOE, departamentos como Cesar, Casanare, Caquetá, Guaviare y Guainía “no han elegido a una sola mujer como representante a la Cámara desde la promulgación de la Constitución de 1991”.

Ese es el caso, justamente, de las circunscripciones que no están vinculadas a las cuotas de género. Sin embargo, el problema se extiende a más zonas del país. Por ejemplo, Norte de Santander es, por el momento, el único departamento que, aunque debe cumplir con la Ley 1475, todavía no elige a su primera mujer como representante a la Cámara. Este año hay 19 candidatas que buscan romper con esa brecha de género histórica.

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