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  • Juan David Afanador

jueves, 27 de agosto de 2020

Según Mauricio Claver-Carone, fuerte candidato a la presidencia del BID, América Latina debería soñar con “reubicar en las Américas entre US$30.000 y US$50.000 millones de inversiones que se han ido a Asia”. Además, Robert O’Brien, consejero de Seguridad Nacional de EE.UU. anunció hace algunos días junto al presidente Duque la iniciativa “Colombia Crece” que pretende catalizar US$5.000 millones de inversión privada para proyectos agrícolas y agroindustriales en las zonas rurales.

Diversos sondeos internacionales realizados por organizaciones como McKinsey, The Economist o UBS han reflejado la preocupación de importantes multinacionales sobre su dependencia del suministro desde el sudeste asiático que es un mercado geográficamente lejano, políticamente estatizado y riesgoso para la propiedad intelectual. Ante esto, el gobierno de EE.UU. está dispuesto a financiar una nueva era de alineación estratégica entre sus intereses de seguridad nacional y los intereses comerciales de sus multinacionales.

Esta es una oportunidad única que tiene el país para emerger como un ganador del reordenamiento del comercio internacional y fundamentar su plan de reactivación económica en posicionarse como el mejor Hub de producción, distribución y servicios para cubrir el mercado ampliado de las Américas. Por ello, el gobierno colombiano ha decidido también liderar la iniciativa de una acumulación de origen unificada entre los países de la Alianza del Pacífico que comparten los valores de libre comercio y confianza inversionista.

¿Qué tan factible es que Colombia sea el destino óptimo de las inversiones en las Américas?
Colombia ya cuenta con el mejor régimen de incentivos tributarios entre países medianos y grandes de América Latina, las mejores condiciones arancelarias y de valor de contenido regional negociadas en cualquier TLC con EE.UU. y una inmejorable conectividad con importantes puertos sobre ambos océanos y el aeropuerto de carga más importante de América Latina. Debemos continuar trabajando en garantizar la seguridad jurídica para inversionistas ancla y en capacitar y promover el talento colombiano.

¿Por qué es tan importante para Colombia jugársela por este objetivo?
La inversión extranjera es una cuestión de interés estratégico nacional porque Colombia importa más de lo que exporta y durante los últimos años el flujo de inversión directa y de cartera han sido el salvavidas financiero de la balanza de pagos. Según Procolombia, solo entre agosto de 2018 y julio de 2020 aterrizaron en el país US$14.353 millones de inversión extranjera no minero-energética que estaría generando al menos 141.300 empleos en 23 departamentos.

No nos equivoquemos: la inversión y el empleo perdidos en la pandemia pueden ser recuperados y multiplicados en esta coyuntura internacional si logramos aprovechar las oportunidades. Es un lujo para Colombia contar con el liderazgo institucional de Procolombia y Agencias Regionales como Invest in Bogotá, Invest Pacific, la ACI Medellín (Ahora también para Antioquia) ProBarranquilla e Invest in Cartagena, entre otras. Ahora más que nunca, estas entidades serán clave en la reactivación del país y toda la voluntad política debe estar dispuesta para apoyarlas.

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