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jueves, 29 de octubre de 2020

Aunque los signos tenían cierta semejanza al compartir algunas letras, en su conjunto expresaban una idea conceptual diferente

En este nuevo pleito marcario, la empresa Parmalat Colombia se opuso ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) al registro de la marca Bombay (nominativa ) de Termoaromas para proteger su marca Bomday.

La solicitante pretendía distinguir productos comprendidos en la clase 30 de la Clasificación Internacional de Niza, la cual incluye té, preparaciones de aromáticas e infusiones de hierbas, entre otras bebidas y plantas relacionadas.

Para Parmalat, su oposición radicó en que el signo solicitante tenía semejanzas tanto fonéticas como ortográficas y conceptuales con su marca ya registrada Bomday. “De acuerdo con este criterio existe total similitud entre los signos cotejados dado que se componen en torno a la expresión Bombay y Bomday”, argumentó la compañía.

LOS CONTRASTES

  • Ángela AmayaAbogada asociada a Amaya Propiedad Intelectual

    “El signo Bombay aunque tiene similaridad ortográfica con Bomday es conceptualmente diferente. Uno evoca una ciudad de la India y el otro es un término fantasioso. No hay confusión”

Además, la compañía de lácteos explicó que “los dos signos se componían de elementos muy similares, solo variaba una consonante, que no tenía mayor efecto sonoro, la ‘D’ y ’B’”.

En efecto, Parmalat expresó que era innegable la confusión que generaban las dos marcas en conflicto y que, por ello, el signo solicitado generaba riesgo de asociación con su marca previamente registrada debido a que la connotación seguía siendo idéntica para el consumidor y el mercado.

Por último, esta agregó que los signos también tenían coincidencia en la finalidad de los productos al tratarse ambas de la venta de alimentos y al estar la marca solicitante identificada en la clase 29 y la suya en la clase 30. Para este, los signos opuestos ofrecían productos de consumo masivo que se destinaban a ser comercializados, distribuidos y fabricados con las mismas finalidades nutricionales y en los mismos medios.

Ante ello, Termoaromas respondió que las marcas no eran ni visual, ni conceptual ni ortográficamente similares porque la expresión Bombay se trataba de un signo distintivo, eufónico y memorizable dentro de la clase 30. De esa manera, expresó que estos podían coexistir tranquilamente dentro del mercado sin acarrear riesgo de confusión en los consumidores.

Con base al examen de registrabilidad, la Superindustria encontró que si bien los signos guardaban cierta semejanza al compartir algunas letras, en su conjunto expresaban una idea conceptual diferente. Lo anterior, porque según la Dirección Bombay hacía referencia a una ciudad de la India, también conocida como Mumbai, mientras que Bomday era un término fantasioso, compuesto por ‘Bom’ y ‘Day’, esta última significaba día en inglés.

Finalmente, la SIC negó la oposición de Parmalat y aceptó el registro de la marca Bombay.

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